No hay mejor manera de comenzar el año que leyendo un buen libro, eso hice yo, leí Vita Brevis, de Jostein Gaarder (para variar…). Son increíbles las cosas que puedes hacer cuando se daña tu computadora.
Volviendo al libro; en resumidas cuentas es de una supuesta carta de la concubina de San Agustín, en este caso llamada Floria, dirigida a San Agustín, es un poco cruda y hace ciertas aseveraciones propias del periodo clásico aunque algunas aun se mantienen. Esta concubina al igual que el hijo de ambos han sido ocultados por la Iglesia Católica, supongo que en su afán de proyectar una imagen “santa” de todos sus representantes.
Si todo lo que ahí se cuenta es verdad, me parece muy triste como Agustín dejó el verdadero amor atrás por la salvación de su alma.
Les dejo una de las citas que más llamó mi atención
“Yo te decía: Abrázame fuerte, la vida es muy breve y no es seguro que haya una eternidad para nuestras frágiles almas, tal vez solo vivamos aquí y ahora”
¡Feliz 2009!
4 comentarios:
Qué mal, contaste el final. Diste la conclusión. Ahora no lo leo (no lo iba a leer igual) xD.
Sofía sí, lo prometo. O mejor dicho "promeeto".
Ese es el asunto de la fe, la entrega ciega a una instancia superior (y las mujeres que no dejan!). Que fino que estas aprovechando el tiempo con la compu dañada, escribes muy bien, con todo y pretensión académica ;-)
El hombre siempre cae y tiene errores, por eso la santidad de una iglesia o de sus miembros no es pura...mas no es condenacion de quien ama a Dios. Quien vive de Dios alimenta su espiritu y no necesita nada mas pero siempre va a ser carne mientras viva y va a tener deseos.
El que San Agustin haya tenido o no concubina es completamente irrelevante a su obra, mal de la iglesia catolica de querer ocultar las fallas normales de los hombres. Caminar con Dios no significa no caer nunca significa que el te levanta cuando caes :)
En Vita brevis, basado en cartas ficticias Floria a su antiguo amante, el autor expone su opinión sobre los valores de la Iglesia. Como todo autor trata de influir con su obra en el pensamiento del lector.
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