He estado de vacaciones durante varias semanas y creo que he aprendido más en estos días de “inactividad” que estando en clases continua, probablemente porque en las aulas (por no decir jaulas) no te enseñan a vivir, sino memorizar cosas que probablemente nunca utilizarás y que solo ocupan espacio innecesario en tu cerebro. Creo también que el hecho de pasar el día viendo películas y leyendo también influya un poco en el proceso.
Estoy aprendiendo a no juzgar a la gente por la música que escucha, probablemente esas personas no le dan a esta el mismo interés que le doy yo.
Estoy aprendiendo a no juzgar a la gente que no escribe con acentos o evadiendo cualquier regla ortográfica, pues el verdadero significado de las palabras está en el fondo y no en la forma. (Especial agradecimiento a Carlos Vargas) Sin embargo, aquellos que sí lo hacen tienen puntos a favor.
Intento aprender a no creer todo lo que me dicen, especialmente si viene de un hombre que en algún momento te hace creer que estas en las nubes y de un día para otro se hace el que no te conoce.
Solo en momentos de desesperación y soledad se aprenden y valoran las cosas verdaderamente importantes. Gracias a todos los que me aguantan en mis arranques de locura y egocentrismo absoluto, haciéndome ver que el mundo no se termina por la negativa de un agente externo a mi.
Feliz día para todos, y espero que todos los días aprendamos juntos algo distinto. Se les quiere.
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