Escribir
siempre es una buena forma de sacarse cosas de encima, como de soltar la carga.
Tenía tiempo sin escribir, tuve problemitas de salud con los que ahora prefiero
“hacerme la loca” y no darle más importancia de la que en realidad requieren.
Nuestro
entorno nos hace pensar en cosas, cosas que a veces queremos soltar, y no
pararle más bolas porque nos molestan. Así me pasa a mí con la política. Pero
también recuerdo algo que pensaban los griegos, que pa’ bien o pa’ mal le
debemos muchas cosas a ellos; decían algo así como: el hombre está relacionado
con la política desde su nacimiento, los únicos que pueden considerarse
apolíticos son los retrasados mentales, porque no saben diferenciar el bien del
mal. Recuerdo que desde que leí eso decidí pensarlo dos veces antes de
considerarme apolítica.
Desde octubre de este año a la
oposición venezolana nos han dado duro, hemos sufrido grades derrotas. En
octubre nos hicimos grandes ilusiones que Capriles ganaría. No fue así, en
diciembre pensamos que la oposición ganaría en más estados. Tampoco fue así.
Particularmente para mí es un caso
de análisis que en el Zulia, estado que se hace llamar independiente y
regionalista haya ganado, por segunda vez, un dirigente que ni es de aquí ni
representa el regionalismo, y que por el contrario aliado a los intereses del
centralismo y valiéndose de un alto presupuesto que no son capaces de alcanzar
los partidos regionales, creó un lobby para comprar carros y casas que más
tarde comprarían las conciencias de quienes creen que la pobreza se resuelve
con dinero y no con educación.
Algunos dicen que fue fraude, yo no
estoy tan segura, desde que estoy ejerciendo la educación me he topado con todo
tipo de gente, y he encontrado que no importa la clase social, credo o nivel de
estudios; todos prefieren el facilismo. Es más fácil echarle la culpa al otro,
copiarse un trabajo de internet o no ir a clases. La esperanza del pronto ex
gobernador Pablo Pérez era que
los becados cuyo gobierno patrocinó votaran por él, idea que no cabe en un país
donde a la gente no le gusta leer, mucho menos estudiar.
El nivel de abstención en las
elecciones regionales superó el 46%, mientras que en las pasadas de octubre no
llevó al 20%. Sí, es cierto, la gente está cansada, la decepción de octubre fue
muy grande, sin embargo, en muy humilde punto de vista, ni con decepción ni
depresión se saca a un gobierno.
Si ustedes decidieron viajar en
octubre/diciembre porque están cansados de la política venezolana, fino, es su
decisión, sus razones tendrán pero después no vengan a quejarse. Entre ustedes
y los que hablan que el capitalismo es malo, pero después llegan a su casa a
conectarse a internet desde una computadora con Windows no hay ninguna
diferencia. Es cierto, se han sufrido grades decepciones, pero el país se
cambia desde adentro, no desde afuera. Respeto a aquellos que decidieron irse,
yo también lo he pensado muchas veces, pero no he encontrado una razón valedera
para dejarle un país trabajador a una cuerda de vagos sin oficio.
El cambio de conciencia se construye
desde adentro, no desde centro comerciales extranjeros tuiteando lo mal que
está el país donde naciste. Tenemos lo que merecemos.
0 comentarios:
Publicar un comentario