De cómo Cadivi te hace perder la paciencia

Nunca he sido fan de Cadivi, ¿Quién lo es?, bueno, los chavistas probablemente. Para los que no conocen este sistema es un mecanismo que ha empleado el mal llamado Gobierno Bolivariano[i] para restringir salida de dinero (divisas) del país. No estoy hablando de dinero del Estado, o de un sistema de becas, no, es un sistema para restringir la salida de TU dinero del país. No importa que sea tuyo, que lo hayas obtenido con tu trabajo o que sea una herencia. No puedes usarlo si el gobierno no te lo autoriza, la solicitud para esto debe hacerse con una antelación mínima de 15 días hábiles.

Hablemos un poquito de historia; éste no ha sido el primer mecanismo para restringir la salida de divisas que se ha implantado en el país, en los ochenta existió el Recadi (Régimen de Cambio Diferencial), casualmente ambos iniciados en febrero y posteriores a medidas económicas importantes, el primero hace referencia al Viernes Negro ocurrido durante el gobierno de Lusinchi, el segundo, implantado como castigo a los opositores por apoyar el paro petrolero del 2002.

Cuentos de Cadivi hay muchos, que si no les aprobaron la solicitud, que si se tarda, que no pueden cambiarse los datos o que si de la nada te bloquearon, es decir, no puedes usar tu dinero por un error del sistema, en otras palabras, un error de ellos y sobre todo, la maldición que requiere ir al banco, y más aún en época previa a las vacaciones, pues con una moneda tan devaluada como la nuestra de nada sirve ir al extranjero con bolívares, debemos pasar por el engorroso proceso para cambiar nuestra moneda a dólares o euros (dependiendo del destino) y de ñapa es el Estado quien decide cuánto dinero usarás dependiendo del destino y del tiempo que estarás ahí. Ahí empezamos a dudar de qué tan fuerte es el bolívar y de la supuesta democracia establecida en la carta magna.

Particularmente me molesta que por ejemplo, para cambiar la dirección electrónica con la que puedo ver la información de mi cuenta en Cadivi debo ir al banco, esto hace surgir en mi varias interrogantes: 1. ¿Para que ir al banco si no estoy generando una solicitud nueva para viajar? 2. ¿A cuál banco debo llevarlo si utilizo uno para el uso de tarjeta de crédito en el exterior y otro para el efectivo?

Pero sobre todo lo que más me molesta es la tranquilidad de la gente, comentarios como “eso está bien”, “es algo complejo”. Todos sabemos que ir al banco en un país como este requiere una mañana de tu vida, ¿PARA QUE CARAJO HACERTE PERDER EL TIEMPO SI EXISTEN OTROS MECANISMOS?, ¿Me están diciendo que lanzamos un satélite al espacio pero no tienen forma de comprobar la identidad de quienes cambiaron sus datos en una plataforma de internet? Es cierto, nuestros datos son importantes y requieren varias verificaciones para constatar que somos nosotros quienes estamos cambiando nuestra información en la plataforma, pero ¿Si el banco puede constatar quien soy yo cuando hago una transferencia electrónica, no puede hacerlo el Estado cuando son ellos mismos quienes manejan el Saime[ii], por ejemplo?

Es todo más de lo mismo, todo queda igual, adaptándonos como borregos a los altibajos emocionales del Caudillo, algunos lucrándose de ello “haciéndote las carpetas”, siendo pícaros a la hora de buscar nuevas formas “de trabajo” y es que como explica Axel Capriles en su libro “la Picardía del Venezolano o el Triunfo de Tío Conejo”; el venezolano es el único que ve como algo positivo ser catalogado de “pícaro” pues significa poner tus derechos por encima de los demás, está dentro del inconsciente colectivo y mientras siga así no hay muerte o supuesta enfermedad del Caudillo que valga, y mientras tanto yo me pregunto si él tuvo que pasar por todos los tramites necesario para utilizar los $130 mil diarios que requiere el tratamiento para salvarle la vida.

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[i] Digo mal llamado pues el pobre Bolívar debe estar revolcándose en su tumba con las barbaridades que se cometen en su nombre.

[ii] Antigüa Onidex, encargados del servicio de identificación en el país.