En mi edificio de seguro mi madre es conocida como La Peleona (por decir algo decente), en su defecto, yo debo ser: la hija de la peleona. Pocos saben mi nombre a pesar de que tengo 26 años viviendo aquí. No me gusta socializar con gente que deja la puerta de entrada abierta solo porque ellos no tienen llave.
Es cierto que es muy fácil apuntar al otro y no dejar en evidencia lo que hace uno mismo, pero ¿Cómo pretendemos cambiar nuestro entorno si somos incapaces de ir a una reunión de condominio a ver cómo se manejan las finanzas? Si en verdad esa es nuestra actitud, eso no habla bien de nosotros como gente civilizada.
Como todo en la vida, hay varios tipos de personas, en este caso; varios tipos de vecinos:
- El vecino perezoso: El que nunca va a las reuniones de condominio, nunca sabe nada de nada, pero por sobre todas las cosas, quiere que todo funcione perfecto, su mejor y único argumento es: “yo pagué”. Como si eso mágicamente lo arreglara todo.
- El vecino idealista: Este tipo de vecino vive en la utopía, cree que con sus maravillosas ideas se solucionará todo fácilmente y seremos un condominio modelo para la ciudad, generalmente este tipo de vecino recibe apoyo al principio, sin embargo, al final no se concreta nada por “cuestión de tiempo”.
- El vecino jeque: Este tipo de vecino hace lo que mejor le parece a él sin pensar que vive en comunidad, como por ejemplo: se estaciona en el puesto que no le corresponde sin tener la decencia de pedir permiso y lo peor; se molesta cuando el propietario le va a reclamar.
- El vecino con síndrome de Conejo Loco: Al mejor estilo de Alicia en el País de las Maravillas, este vecino siempre está apurado y nunca “tiene tiempo” para saber las cosas que ocurren en el techo dónde vive. Mucho menos para ir a una reunión de condominio y ni pensar hacerse cargo de él. Me imagino que es como el tipo de gente que cree que votar no es importante, pobrecitos.
- El vecino trabajador: Finalmente este vecino se hace cargo del condominio, al principio lo hace muy bien, lleva todas las cuentas en orden, y en la medida de lo posible todo funciona, sin embargo, pasado el tiempo y tras la apatía de los vecinos anteriores se cansa, no hace nada, hasta que llega el día de la reunión no acude nadie y deja las cajas del condominio de la entrada para iniciar nuevamente el ciclo.
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1 comentarios:
Ja ja ja, demasiado cierto. vivan las casas ja ja ja
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