Si hiciera alguna lista de autores favoritos, probablemente él la encabezaría. Disfrutenla:
"Los pensadores actuales no se preocupan por llevar su disciplina a la gente, asegura Con mis historias busco regresar la filosofía a la plaza pública": Gaarder
Propone que nos preguntemos cómo podemos evolucionar como sociedad de forma sostenible
“La chispa en mis escritos es la forma en la que sigo experimentando la vida como algo mágico”
El filósofo Jostein Gaarder señala que el mundo sería mejor con más preguntas que respuestas, aunque admite que algunas personas “pueden ir a prisión sólo por hacer preguntas”
El cerebro humano está hecho para las historias, por eso prefiero hablar de temas filosóficos a partir de ese género porque me permite, además, acercarme a mi objetivo que es llevar la filosofía al lugar en el que comenzó: la plaza pública, el mercado y no dejarla a la televisión, dice en entrevista el filósofo noruego Jostein Gaarder.
“Es extraño: cuando escribí mis libros jamás pensé que llegarían a México, un país que está tan lejos del mío. ¿Cuál es la razón? Creo que es porque escribo sobre preguntas universales; creo que muchos de mis libros son tan relevantes en México como en Noruega, India o China. Pero indudablemente tiene que ver que escribo a partir de la narrativa y el cerebro humano está hecho para las historias.”
Reconoce que muchas veces los filósofos de la actualidad no se preocupan por llevar la filosofía a la gente común y eso es porque “se ha convertido en una disciplina académica. No se dan cuenta de que cualquier persona puede hacer filosofía por el mero hecho de que se hace preguntas constantemente.
“Ser filósofo significa para algunos llevar el título de doctor, de profesor y tienen esa pose de profesores con un lenguaje que nadie entiende. Por ejemplo, Hegel es imposible de leer, pero las personas dicen que es muy fácil” para guardar las apariencias, dijo el autor de El mundo de Sofía y La joven de las naranjas.
Sin embargo, agregó, “creo firmemente que los pensamientos claros son fáciles de esparcir. La chispa en mis escritos es cómo sigo experimentando que la vida es un misterio, un milagro, y creo que muchos no se dan cuenta de eso. Les pregunto: ‘¿no es extraño que el mundo exista?’ Y algunos me responden: ‘Sí, es cierto, pero nunca me lo había preguntado’.
“También porque me di cuenta de que la vida es corta, muy, muy corta. Cuando tenía tu edad pensaba que me tomaría mucho tiempo antes de llegar a los 55 años que tengo, pero ese tiempo se fue muy rápido.
“No hay que confiarse de quienes dicen que la filosofía es difícil o aburrida, sino encontrar la forma de que sea emocionante y fácil, y que se comprenda que ya no tiene que ver nada más con el lugar del hombre en el universo, sino con su lugar en el planeta”, señala.
“Ahora tenemos una pregunta más que agregar a esa lista corta de cuestionamientos que se vienen haciendo los filósofos desde la antigüedad: cómo podemos evolucionar como sociedad de manera sostenible, si no preservamos las condiciones de vida del planeta, porque la forma en la que vivimos no es sostenible. Hay una expresión nueva que es la ecosofía –la filosofía de la ecología–, ese podría ser un nuevo tema de conversación con aquellos filósofos clásicos”.
Gaarder insistió en que el mundo sería diferente con más preguntas que respuestas, aunque es cierto que las personas “pueden ir a prisión sólo por hacerse preguntas, no por dar respuestas. En mi caso creo que nunca tendré la respuesta a todas mis preguntas.
“Mi única creencia es que la conciencia no es una cósmica, creo que la conciencia, la vida, son aspectos esenciales de lo que es este universo, y lo que más me fascina del universo es la conciencia humana.”
En este momento Jostein Gaarder escribe una nueva novela y se ocupa, sobre todo, de leer acerca de temas relacionados con las ciencias naturales, “pero son libros popularizados porque no soy científico”.
En verdad, finaliza, “me gusta mi vida, lo que más me gusta es estar en el campo. Vivo en una ciudad, Oslo, donde en cinco o 10 minutos dejas la urbanización y puedes caminar por horas sin encontrarte con nadie, ¡bueno, eso si no es sábado o domingo! Y esas caminatas son las que utilizo para pensar”.
Durante su pasada visita a México, el narrador habló con sus lectores (en el contexto de la FIL Guadalajara) acerca de su niñez y su visión del mundo. Los jóvenes, en su mayoría adolescentes, se enteraron de que Sofía es su alter ego, que para escribir sobre su mundo retomó todos los apuntes que usaba cuando era académico.
“Siempre he sido una persona muy romántica, muy apegado a la naturaleza, siempre he trabajo en las montañas y en los bosques, así que cuando era maestro también era un soñador, pero también durante muchos años fui un maestro y un escritor.”
Como filósofo, dijo, no estoy satisfecho porque un filósofo nunca lo está. “Pero sí agradezco que mediante la literatura haya podido llegar a muchas personas.”
“Es extraño: cuando escribí mis libros jamás pensé que llegarían a México, un país que está tan lejos del mío. ¿Cuál es la razón? Creo que es porque escribo sobre preguntas universales; creo que muchos de mis libros son tan relevantes en México como en Noruega, India o China. Pero indudablemente tiene que ver que escribo a partir de la narrativa y el cerebro humano está hecho para las historias.”
Reconoce que muchas veces los filósofos de la actualidad no se preocupan por llevar la filosofía a la gente común y eso es porque “se ha convertido en una disciplina académica. No se dan cuenta de que cualquier persona puede hacer filosofía por el mero hecho de que se hace preguntas constantemente.
“Ser filósofo significa para algunos llevar el título de doctor, de profesor y tienen esa pose de profesores con un lenguaje que nadie entiende. Por ejemplo, Hegel es imposible de leer, pero las personas dicen que es muy fácil” para guardar las apariencias, dijo el autor de El mundo de Sofía y La joven de las naranjas.
Sin embargo, agregó, “creo firmemente que los pensamientos claros son fáciles de esparcir. La chispa en mis escritos es cómo sigo experimentando que la vida es un misterio, un milagro, y creo que muchos no se dan cuenta de eso. Les pregunto: ‘¿no es extraño que el mundo exista?’ Y algunos me responden: ‘Sí, es cierto, pero nunca me lo había preguntado’.
“También porque me di cuenta de que la vida es corta, muy, muy corta. Cuando tenía tu edad pensaba que me tomaría mucho tiempo antes de llegar a los 55 años que tengo, pero ese tiempo se fue muy rápido.
“No hay que confiarse de quienes dicen que la filosofía es difícil o aburrida, sino encontrar la forma de que sea emocionante y fácil, y que se comprenda que ya no tiene que ver nada más con el lugar del hombre en el universo, sino con su lugar en el planeta”, señala.
“Ahora tenemos una pregunta más que agregar a esa lista corta de cuestionamientos que se vienen haciendo los filósofos desde la antigüedad: cómo podemos evolucionar como sociedad de manera sostenible, si no preservamos las condiciones de vida del planeta, porque la forma en la que vivimos no es sostenible. Hay una expresión nueva que es la ecosofía –la filosofía de la ecología–, ese podría ser un nuevo tema de conversación con aquellos filósofos clásicos”.
Gaarder insistió en que el mundo sería diferente con más preguntas que respuestas, aunque es cierto que las personas “pueden ir a prisión sólo por hacerse preguntas, no por dar respuestas. En mi caso creo que nunca tendré la respuesta a todas mis preguntas.
“Mi única creencia es que la conciencia no es una cósmica, creo que la conciencia, la vida, son aspectos esenciales de lo que es este universo, y lo que más me fascina del universo es la conciencia humana.”
En este momento Jostein Gaarder escribe una nueva novela y se ocupa, sobre todo, de leer acerca de temas relacionados con las ciencias naturales, “pero son libros popularizados porque no soy científico”.
En verdad, finaliza, “me gusta mi vida, lo que más me gusta es estar en el campo. Vivo en una ciudad, Oslo, donde en cinco o 10 minutos dejas la urbanización y puedes caminar por horas sin encontrarte con nadie, ¡bueno, eso si no es sábado o domingo! Y esas caminatas son las que utilizo para pensar”.
Durante su pasada visita a México, el narrador habló con sus lectores (en el contexto de la FIL Guadalajara) acerca de su niñez y su visión del mundo. Los jóvenes, en su mayoría adolescentes, se enteraron de que Sofía es su alter ego, que para escribir sobre su mundo retomó todos los apuntes que usaba cuando era académico.
“Siempre he sido una persona muy romántica, muy apegado a la naturaleza, siempre he trabajo en las montañas y en los bosques, así que cuando era maestro también era un soñador, pero también durante muchos años fui un maestro y un escritor.”
Como filósofo, dijo, no estoy satisfecho porque un filósofo nunca lo está. “Pero sí agradezco que mediante la literatura haya podido llegar a muchas personas.”
1 comentarios:
:| JOSTEIN!oh el amor de nuestras vidas x_x
Gente con esa mente falta mucha en el mundo. Algún día lo conoceremos en persona, don't worry.
Doub**
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